La etapa de cachorro, que abarca desde los dos a los seis meses, es la base para conseguir un perro equilibrado, sociable y alegre. Es su etapa de impronta social y por ello tenemos que estar presentes para enseñarle a poder comunicarse adecuadamente con otros perros y humanos, reforzar sus vínculos mediante el juego, favorecer el enriquecimiento ambiental para afrontar diferentes escenarios futuros, tener una buena higiene, aprender las normas en su nueva casa, etc.

Nuestro sistema de entrenamiento es totalmente en positivo. Reforzamos las conductas deseadas e ignoramos las indeseadas. Reforzar el vínculo mediante el juego y las recompensas es la forma más efectiva de enseñar a un cachorro.