Colaboración con un animal como recurso terapéutico.
Las Terapias Asistidas con Animales (TAA) se basan en la colaboración con un animal como recurso terapéutico, con el objetivo de mejorar las funciones físicas, emocionales, cognitivas y relacionales de las personas a tratar.
Estas terapias pueden resultar de gran utilidad con cualquier persona o colectivo que presente necesidades especiales, tales como riesgo de exclusión social, trastornos alimentarios y de salud mental, enfermos terminales, internos y jóvenes en centros penitenciarios, diversidad funcional o mujeres víctimas de violencia de género, entre muchos otros, pero siempre deben de contar con la colaboración de un profesional de la salud o la educación.
Las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) engloban las Terapias Asistidas con Animales (TAA), las Actividades Asistidas con Animales (AAA) y las de Educación Asistida con Animales (EAA).
En todos los casos es muy importante que los profesionales que trabajan con los animales posean formación tanto en el manejo del mismo (entrenamiento, comportamiento, estrés, estado emocional, etc.) como en las patologías o perfiles de los usuarios con los que se trabaje.
La compañía de un animal mejora la calidad de vida del ser humano, aumenta la longevidad y preserva el equilibrio físico y mental. Facilita la recreación, reduce el estrés y disminuye el índice de depresión. Obliga a asumir responsabilidades, aumenta la autoestima y, en la mayoría de los casos, mejora la integración familiar. El intercambio afectivo con el animal mejora el estado emocional de la persona, que se siente acompañada y se mantiene activa al tener que asumir la responsabilidad de su cuidado, aumentando así la seguridad en sí misma.
Algunos de los innumerables beneficios que los animales aportan al ser humano son:
Aumento del deseo y disposición para involucrarse en actividades grupales y de trabajo en equipo.
Incremento de la autoestima.
Reducción de los niveles de ansiedad y/u sentimiento de soledad.
Apertura de espacios para la expresión afectiva y de sentimientos.
Aumento del sentido de la responsabilidad.
Superación de miedos.
Incremento del nivel de atención y concentración.
Mejora del estado físico: reducción del ritmo cardíaco, de la presión arterial, etc.
Alivio del estrés.
Los profesionales de Guayko llevamos años trabajando este área. Junto con nuestros compañeros de cuatro patas diseñamos las sesiones y si hay algún ejercicio que requiere ser previamente entrenado o recordado, ellos son los primeros que están dispuestos a hacerlo antes de que llegue la hora de la sesión.
Actualmente estamos colaborando con Alenta, en su proyecto Sabia Vejez. Un grupo magnífico que no dejan de preguntar durante la semana cuándo vienen los perros y en cada sesión ponen todo su atención y su buen hacer.